06 February 2006

Entrevista a SERGIO SÁNCHEZ




Todos los investigadores Ovnis tienen no solo un particular punto de vista, sino además un estilo definido de cómo realizar sus investigaciones y como plantear sus opiniones.

En el caso de Sergio Sánchez esto se nota mucho más. Sergio es un destacado divulgador chileno del tema Ovni, nace en el 13 de septiembre de 1965, en la localidad de Antofagasta, zona norte de Chile, de profesión abogado y autor de un interesante libro llamado “Pasaporte a Ovnilandia”, una visión escéptica y anecdótica de la ufología.

Desde la publicación “La Nave de los Locos”, junto a su amigo Diego Zúñiga, dan una humorística y escéptica pincelada a la actualidad Ovni en el mundo y a sus protagonistas.

Sergio accedió a conversar con nosotros y desde ya agradecemos su disposición y amabilidad. Sabemos que es un hombre muy ocupado, pero hay que decirlo, todo un caballero. Los invito a conocer esta interesante nueva entrevista.

1.- Quisiéramos saber primero, que motivo a Sergio Sánchez a transitar por el camino de la investigación Ovni, llamada Ufología?.

R: Mi motivación por la ufología es el resultado de la influencia de ciertos materiales a los que tuve acceso cuando niño. Y, la verdad, no soy original al respecto. Desde mi más tierna infancia vi películas o leí historietas en que los extraterrestres eran un tema central. Además, escuchaba rumores sobre platillos voladores y sus misteriosos ocupantes; y los escuchaba en mi casa, en el colegio, en el barrio. Los OVNIs eran y son un elemento fascinante de la cultura popular. Luego, cuando comencé la lectura sistemática de libros ovnísticos y a coleccionar recortes de prensa… me convertí en ufólogo. No creo que haya demasiadas historias distintas a ésta. Porque nadie se titula de “ufólogo”; siempre ha sido calificado de tal el individuo que “está en el tema”. Por eso que en el gremio encontramos de todo: charlatanes, científicos, científicos-charlatanes, intelectuales, sujetos de escaso nivel cultural, chiflados, gente sensata, de todo.

2.- Te consideras un investigador o un divulgador científico?.

R: En realidad, sólo soy un “observador de la ufología” que, por diversos medios y con más o menos fortuna, ha tratado de debatir en base a sus observaciones.

3.- Mucho se comenta sobre la calidad de los reportes ovnis, la carencia de esto y la inexistencia de otros factores, se dice también que son demasiado fantasiosos e increíbles para poder trabajar con ellos, entonces si la mayoría de los relatos ufológicos tienen un gran contenido mítico, ¿crees que es posible sacar algo válido de ellos, algún elemento que nos lleve algún día a alguna parte, o estamos condenados a terminar en una ceguera total?.

R: Creo que cincuenta y ocho años de ufología hablan por sí solos: no nos han llevado más que a OVNIlandia. Es un círculo vicioso. A la falta de pruebas se agrega la interminable discusión en torno a minucias. Y todo ello con una sobrecarga emocional increíble… “Queremos creer, por favor, déjennos creer”: es lo que parecen decir los ufoadictos. Y eso se nota en la relación poco sana que la mayoría de ellos tienen con los escépticos, los que son vistos como saboteadores y malditos aguafiestas, estrechos de mente y estúpidos consuetudinarios. Y todo ello, sin leerlos realmente… Si no hay pruebas indubitables (porque no las hay, hay que insistir en ello) NO ES CULPA DE LOS ESCÉPTICOS.

4.- Como ves en la actualidad a los investigadores nacionales, consideras que ha habido aportes en el área investigativa?.

R: Considero que hay personas que están de buena fe en el tema y les tengo mucho respeto. Puedo decir que entre mis amigos están algunos ufólogos destacados de nuestro país. Y siempre se puede hacer un aporte cuando se procede con honradez y recordando que el entusiasmo no debe subyugar a la prudencia.
Pero ahora voy a destacar a un grupo poco conocido, el CIFOV de la V Región, formado por jóvenes investigadores del fenómeno OVNI, con los cuales el futuro de la ufología crítica está asegurado. Con pocos recursos, pero con encomiable solvencia intelectual, nombres como los de Marcos González, Juan Palma, Rodrigo Jofré y otros más, hacen una ufología honrada y de calidad.

5.- En Chile, hay casos muy interesantes, la mayoría de ellos se conoce en reuniones privadas, ya que sus perceptores no desean publicidad, pero de los que tu conoces, cual es el caso o los casos, para ser muy optimista, que consideras con mas sustentación, el más firme?.

R: Hay casos interesantes, sin duda. No quiero decir que sean indicios de actividad ET, por favor. Pero hay sucesos dignos de ser revisitados. El caso de las observaciones antárticas de 1965, el curioso incidente del programa radial “La Bailona”; el caso Vilcún, de 1977, me parece más interesante desde un punto de vista “psico-social”.

6.- Tienes alguna posible hipótesis que pueda dar respuesta al porque se producen las oleadas, que las podría motivar a desarrollarse?.

R: Se ha escrito mucho al respecto. Desde el “ciclo bienal” de Eduardo Buelta hasta los trabajos de Martin Kottmeyer. En lo personal, creo que hay factor clave en las oleadas: EL PERIODISMO y sus avatares. Mi amigo Diego Zúñiga ha elaborado un trabajo importante sobre el papel del periodismo en la evolución de la ufología, que entiendo será publicado próximamente por la Fundación Anomalía, de España. Sé que algunos dirán: “miren como se hacen propaganda entre ellos”. El problema es que el de Diego es el primer trabajo que aborda esta simbiosis en nuestro país.

7.- Vamos a un tema mas "profundo", me refiero a las abducciones, son fenómenos posibles, existe alguna en la cual consideres que hay factores interesantes desarrollados?.

R: Creo que el interés fundamental de las abducciones es el del simbolismo profundo que implican. Me refiero a todas las investigaciones y análisis que destacan el carácter “perinatal” y “arcaico” de muchos de los escenarios de abducción. Pero claro, hay casos que son mis favoritos: el caso Hill, el caso Schirmer, el caso Bebedouro, el de Pascagoula y el “affaire Andreason”. Advierto que no les atribuyo “realidad material”; pero me fascinan sus elementos oníricos.
En Chile, el caso de Vivian Figueroa también es riquísimo, en el sentido antes expresado.

8.- Para muchos colegas chilenos y extranjeros el caso del Cabo Valdés, es el "caballito de batalla", ¿cual es tu opinión de el?.

R: Tengo la impresión de que se le ha deformado hasta hacerlo irreconocible. Y es curioso que, mientras más se sabe sobre sus detalles y circunstancias, más débil se torna. Es un caso que se está cayendo a pedazos –si no lo ha hecho ya- desde hace mucho tiempo. Por otro lado, los testigos son de antología: el cabo Valdés es un personaje, digamos, poco confiable. No quiero ofender, pero, ¿se acuerdan de su aparición en el programa de Pedro Carcuro hace seis años, de esa constante adición de cosas fantásticas que no estaban en la historia original, de esa evidente mitomanía? Y el otro testigo, Salinas, visitado después por una mujer ET llamada Maya y otro ET con patas de canguro… Creo que todo eso está más bien en el ámbito de la psiquiatría que de la ufología.
Una vez más, periodistas y ufólogos han confeccionado un ídolo con pies de barro.

9.- Sergio, crees que el Contactismo tiene cabida en la ufología o esta más cerca de un tema de fe?.

R: Pienso que hoy la ufología como globalidad, con todas las salvedades y excepciones del caso, está más cerca de la fe que de la ciencia. Lo “ufológico” es que lo que los propios ufólogos vinculan al tema: “chupacabras”, un “feto ET” que alguien encuentra botado por ahí, los visitantes de dormitorio. ¿Qué une a estos hechos? En la realidad, nada. En la imaginación, están unidos por la idea de que nos visitan los ETs.
Respecto de los contactados, todo lo anterior se exacerba. Los contactados participan de la religión ET. Yo respeto mucho a los contactados, precisamente porque respeto las creencias religiosas de mis semejantes.

10.- Crees que los "contactados" presentan entre sí algún patrón?.

R: El patrón común es el contenido religioso (en el sentido amplio de la palabra “religioso”) de las historias: mensajes de “lo Alto”, profecías, advertencias milenaristas, sanaciones, misticismo, etcétera. Pero ustedes saben tan bien como yo que, en la ufología y especialmente en el contactismo, hay extraterrestres para todos los gustos: de las Pléyades, de Orión, de Ganímedes, de Wolf 424, ¡toda la Confederación Galáctica en la Tierra!
Algo similar ocurre en las llamadas abducciones. ¿Hay una historia-tipo como pretendía el folklorista Eddie Bullard? Ya es casi imposible saberlo. ¿Por qué? Pues, porque el nivel de contaminación mediática y ruido de fondo es tan grande que casi no podemos saber dónde comienza el relato “auténtico” y dónde la repetición consciente o inconsciente de lo leído, escuchado, etcétera.
Como decía Jacques Scornaux: “A estas alturas, aunque los OVNIs existieran descubrirlos sería imposible”.

11.- Según tu criterio, cuales son las herramientas que debe manejar un investigador para desarrollar un buen caso?.

R: El investigador debe primero plantearse qué persigue en su labor; debe preguntarse si reviste el mínimo de imparcialidad (sé que la imparcialidad absoluta no existe, pero hay que tener un poco de equilibrio). Es demasiado obvio lo que voy a decir. Pero hay que partir de lo más trivial y banal y de ahí llegar a conclusiones tremebundas y misteriosas, y no al revés. Descartar todo lo natural y convencional antes de lanzarse al inseguro plano de las especulaciones típicamente ufológicas sobre ETs y viajes interdimensionales. El ufólogo, ante cada caso que le llega debe preguntarse: ¿estoy siendo objetivo o sólo estoy engrosando mis catálogos o mi futuro libro? Y sobre todo, leer sobre metodología de la investigación. No hay nada peor que la santurronería de algunos “investigadores de campo”, que hablan de sus correrías como si fuera un sacerdocio en el que han hecho “votos de movilidad”; de hecho, nada sacan con andar de aquí para allá sin un acopio de lecturas adecuado, que les permita ser mejores entrevistadores y analistas.

12.- Te llevaré ahora a un tema para muchos ligado a la ufología, para otros totalmente extra ufológico. El año 2000, nuestro país fue visitado por el llamado fenómeno de las matanzas de animales, cual es tu opinión al respecto?.

R: Como he dicho otras veces, se hace un juego de confusión con el público. Dicen: “nadie ha afirmado que se trate de ETs”, pero quienes aparecen en la TV hablando sobre el tema son ufólogos, lo hacen en un contexto ufológico y, la verdad, no necesitan decir nada más… ya lo han dicho todo. Después de tanto fraude, invento y volador de luces… ¿qué podemos esperar de nuestro mediático “chupacabras”? Rosswell a la chilena, Chupacabras a la chilena… Saquen sus propias conclusiones.

13.- Hace un tiempo Jacque Vallé, escribió un libro muy interesante llamado "Crónicas de Otros Mundos", en el cual relaciona los relatos ovnis con las leyendas de cada país. Piensas que el Folklore de cada país y los reportes ovnis de alguna manera tienen alguna relación?.

R: Entiendo que “Crónicas de otros mundos” es una versión española de “Dimensions”. Pues bien, “Dimensions” es asimismo una versión algo descafeinada de “Pasaporte a Magonia”, libro al cual remito al lector. Creo que las especulaciones de Vallée (y de otros autores más en la línea de la “hipótesis psico-social”, como Bertrand Méheust) han establecido una conexión entre los relatos y escenarios ufológicos y ciertas manifestaciones del folklore universal. Es lo que ha formado el imaginario ufológico. En lo personal, si bien siempre he admirado a Vallée y a sus obras, creo que cuando postuló la hipótesis del “sistema de control” (en su libro “El Colegio Invisible”) le quitó radicalidad a las tesis de “Pasaporte”.
Por tanto, más que una relación de los OVNIs con el folklore nacional respectivo, veo una relación con un gran folklore moderno, moldeado en Estados Unidos inicialmente y difundido luego por el todo el mundo. Sin perjuicio de que se expresen peculiaridades locales, la ufología es un mito globalizado, con sus contenidos bien delimitados por la ciencia ficción y, en el contactismo, por modas culturales como el “esoterismo de masas” (sé que es una expresión contradictoria), la “Nueva Era” y otras más.

14.- Sergio, nos puedes hablar un poco de tu libro, "Pasaporte a Ovnilandia"?.

R:
Siempre quise que en Chile se escribiera un libro crítico. Desde “Los sin nombre” de Wolf y Sáenz habían pasado ya más de treinta años y consideré que era prudente escribir algo diferente a los libros de Riffo o Anfruns. “Pasaporte a OVNIlandia” intenta exponer mi propia evolución respecto del tema, mis críticas a la ufología crédula, ingenua, pro-ET… pero también mis reservas frente al escepticismo militante. Por otro lado, el libro ofrece una síntesis de las más diversas hipótesis sobre la verdadera naturaleza del fenómeno OVNI: la extraterretestre, la intraterrestre, la paraufología, la perspectiva “diabólica”, la psico-sociológica…
Estoy preparando la segunda edición de “Pasaporte”, con varios capítulos nuevos. Pronto les contaré cómo va este proyecto, el que me tiene muy entusiasmado.

15.- Nos podrías recomendar algunas obras en el campo ufológico?.

R:
Recomiendo leer los libros de Vicente-Juan Ballester Olmos “OVNIs: el fenómeno aterrizaje”, “Investigación OVNI” y “Los OVNIs y la ciencia” (en colaboración con Miguel Guasp). La compilación del “Proyecto Libro Azul” editada por Brad Steiger, las compilaciones enciclopédicas de Peter Brokesmith (accesibles en nuestro idioma), “Pasaporte a Magonia” de Jacques Vallée, “OVNIs, la agenda secreta” de Milton Hourcade, “Veredicto OVNI” de Robert Scheaffer, “Autopsia ET. Un mito dentro del mito” de Luis Ruiz Noguez, “Los espíritus del aire” de Diego Viegas, los libros de Ignacio Cabria (ver web de la Fundación Anomalía), “Fenómenos aéreos inusuales. Un enfoque biopsicosocial” de Roberto Banchs, “¿OVNIs? Sí, pero…” de Miguel Peyró, “Luces en el cielo” de Ricardo Campo, “Los extraños” de la dupla Acevedo-Berlanda, el ya citado trabajo de Diego Zúñiga y cualquier libro del recientemente fallecido Phillip Klass (todos en inglés, pero se prepara una traducción sobre su libro acerca de las abducciones)… Podría nombrar muchas obras más, en francés e inglés, pero dejémoslo ahí.
En revistas en nuestro idioma, recomiendo “Cuadernos de Ufología” de Santander (España).
Y en páginas web, “DIOS!” de Alejandro Agostinelli, “Mitos del Milenio” de Rubén Morales, “Perspectivas” de Luis Ruiz Noguez y otros. Ah, y también la web de la “Fundación Anomalía”.

16.- Finalmente, hablemos un poco acerca del Proyecto Informativo del que participas, me refiero a "La Nave de los Locos".

R: “La Nave de los Locos” surgió de la amistad de dos individuos hastiados: uno muy joven (Diego Zúñiga) y el otro no tanto (quien les habla). ¿Hastiados de qué? De tanta credulidad e irracionalismo. Sé que puede sonar duro pero ese era nuestro estado de ánimo. Y, ojo, no pensábamos igual; nos unían más nuestros rechazos que nuestras coincidencias. Simplificando un poco, yo diría que el más crédulo de los dos era y soy yo. Mi lema: “no creo en brujos, Garay, pero de que los hay, los hay”. Aún persevero en busca de lo milagroso, aunque cada vez con menos esperanzas de encontrarlo. Quizás mis esperanzas lleguen un día a cero…
“La Nave”, claro, me desvié del punto. Queríamos llamar a la estulticia, la charlatanería y el delirio por sus verdaderos nombres, aunque rescatando todo lo que nos pareciera valioso o elogiable. Queríamos publicar artículos críticos, de calidad, en contacto con las ciencias sociales. Queríamos iniciar un debate con los colegas chilenos. Queríamos provocar un remezón. Y fueron pasando cosas. Una de las más curiosas: había mucha más gente dispuesta a criticar y denostar a la revista y sus editores que a LEERLA. No digo ya a DEBATIR ideas, eso sería pedir demasiado… ¡A leerla! Y después nos acusan de “cerrados de mente”. Aunque los comprendo, pues nadie quiere leer aquello que socava las creencias más queridas; ésas que hay que defender con dientes y muelas. Por supuesto, recordamos muchas excepciones, pues “La Nave” tuvo éxito en erigirse como referente crítico, en definitiva. Sin embargo, esperábamos más “mente abierta” de aquellos entusiastas que siempre la invocan como un mantram: “escépticos miopes-meeeeente abiertaaaaaa/ escépticos miopes-meeeeente abiertaaaaa”.

Nosotros también nos reímos con las cosas que habitualmente nos dicen: “jaula de las locas”, “nave de los relocos”, “nave loca”, etcétera. Pero de refutaciones concretas, nada.

Hasta aquí las palabras de Sergio Sánchez. Ustedes coincidirán conmigo amigos míos, que este ha sido un gran logro y les diré porque. Sergio, aunque él solo se denomine como un “observador de la Ufología”, es un gran divulgador, no solo es mi opinión personal sino además estoy segura de interpretar a varios que opinan de la misma manera.

He seguido su caminar y el de Diego Zúñiga a través de la publicación de “La Nave de Los Locos”, trabajo que admiro mucho he invito a todos ustedes a leer y a adquirir. Debo decir además que no solo han sido varias horas de lecturas agradables e instructivas, sino además de carcajadas que han acompañado.

Sé que Sergio es una persona alejada de la “farándula Ufológica” y que no concede entrevistas pero este era un desafío personal para mí, lograr tener en este espacio, una entrevista con uno de los escépticos más fuertes que tiene Chile, ¡como ustedes ya pudieron leer!.

Agradezco nuevamente la amabilidad y disposición de Sergio Sánchez para recibirnos.



Elizabeth Ramírez, 2006.-

1 comment:

Rubén said...

Muy esclarecedoras reflexiones, en un mundillo de tanta confusión y afirmación tendenciosa como es la ufología.

Quisiera el mail actualizado del amigo Sergio Sánchez para escribirle.
Desde Buenos Aires, Rubén Morales.